El tejido cicatricial puede ser eliminado por resección, cubierto mediante la regeneración de la piel de alrededor o sustituido por otros tejidos.
Si son poco importantes puede ser llevada a cabo la dermoabrasión de la superficie o el peeling con láser de CO2, para que la reepitelización cubra de alguna manera la superficie visible y así disimularlas.
Cuando son de mayor tamaño, el tratamiento de elección consitirá en la resección, es decir, retirar el tejido cicatricial y suturarlas o juntar de nuevo los bordes.
Cuando su tamaño no permita la resección y aproximación de los bordes, hemos de recurrir a las técnicas de los injertos o de los colgajos.
Es bueno tener presente que donde hay una cicatriz lo más que podemos hacer es rehacerla adecuadamente o bien disimularla, pero siempre habrá una cicatriz.