
Desde nuestro centro médico en Sevilla, nuestros expertos en podología, nos han querido explicar un poco más ampliamente lo que es la onicocriptosis o también llamada uña incarnada o uña encarnada. Es una enfermedad común entre nuestros pacientes que muchos de ellos la pasan por alto y llegan a las consultas cuando ya está muy avanzado porque no han visitado, ni hecho una revisión de sus uñas una vez al año.
En primer lugar… ¿qué es la onicocriptosis?
La onicocriptosis es conocida como aquella afección que surge cuando la uña atraviesa la piel del pie provocando normalmente inflamación, enrojecimiento de la zona y dolor. Normalmente, esta patología se produce en el dedo gordo del pie. No obstante, es posible que se pueda dar en los otros dedos. Todo depende de la forma de las uñas y dedos de cada paciente.
Desde el departamento de podología en Sevilla de Centro Médico Arenal, distinguimos entre la onicocriptosis lateral, que es la más común o la onicocriptosis anterior, aquella que se manifiesta hacia la parte delantera del dedo.
En segundo lugar… ¿cuáles son las causas de la onicocriptosis?
Uñas mal cortadas, malformaciones en pies y uñas, traumatismos, malos hábitos y costumbres de andar de las personas, llevar calzado muy apretado en esa zona del pie/uña, pura genética, golpes
En tercer lugar… ¿cómo tratarlo?
Como siempre, todo depende de la afección y del grado de dolencia. En principio, si el dolor es leve, la visita al podólogo te ayudará a aliviar de forma rápida el dolor ya que éste te tratará la uña y te dirá cómo tratarla desde casa. No obstante, si la uña está muy clavada, es decir, la afección es grave, en muchas ocasiones hay que acudir a la cirugía. Es por eso, que recomendamos desde nuestro centro podológico en Sevilla, que si sufrís de mal de uñas por el motivo que sea, acudáis a un especialista mínimo una vez al año para que trate vuestros pies.
La mejor solución a la onicocriptosis, cuidarse los pies día tras día
Para poder gozar de unos pies saludables es muy importante:
- Cortar bien las uñas
- Acudir al podólogo una vez al año
- Llevar calzado adecuado